Boss Katana 50 MKII

Con la segunda generación de su serie Katana, el icónico fabricante de pedales de efectos Boss demuestra que sabe dar la talla también cuando se trata de amplificadores. Esta serie ofrece amplificadores con la máxima flexibilidad tonal tanto en los formatos de combo como de cabezal. Adicionalmente a los sonidos básicos absolutamente excelentes, los efectos integrados y la potencia de la etapa de salida regulable consiguen asegurar la riqueza tonal máxima de los ajustes preferidos, que se pueden almacenar en cuatro espacios de memoria (repartidos en dos bancos). Por eso, el Boss Katana 50 MKII resulta siempre el socio ideal, ya sea para practicar en casa, en la sala de ensayo o en las actuaciones. Y hay algo que no se puede negar: el amplificador proporciona una calidad de sonido que uno solo podría esperar en rangos de precio mucho más altos.

Hace tan solo unos años se habría tenido que pagar bastante más por un amplificador de esta calidad. Pero como uno aquí se lleva un combo realmente adulto por muy poco dinero, el término "amplificador para principiantes" ya deja de ser lo más acertado. O dicho de otro modo: El precio y el formato son geniales para los primeros pasos con la guitarra y en una banda, pero la calidad va mucho más allá. Con todo ello, también resulta igualmente idóneo para guitarristas experimentados que buscan una solución para el hogar con sonido de primera clase, incluso a bajo volumen, o que no quieren gastar más dinero o perder el tiempo andando a vueltas con tecnologías complejas.

Sí, el Boss Katana 50 MKII es capaz de muchas cosas. Pero lo que mejor sabe hacer es ser el socio ideal para ti y tu propio sonido personal. Y eso es exactamente lo que la mayoría de los guitarristas quieren y necesitan. Está muy bien eso de tener cientos de opciones (y el Katana 50 MKII también ofrece un montón de ellas), pero al final lo que más importa es que todo sea fácil de usar, que se puedan ajustar los sonidos exactamente al gusto propio y que de esta manera también suene como debe sonar. Y aquí es donde el Boss realmente se lleva la palma. Con solo 20 reguladores y botones, se encuentran en un abrir y cerrar de ojos los sonidos que adaptan a la guitarra y a la propia forma de tocar, desde dulces sonidos clean, hasta el hachazo total.