Boomwhackers BW-DG

Tengo dos juegos de este artículo y solo he de decir que los alumnos adoran este instrumento.
Está compuesto por la escala diatónica de DO (do, re, mi, fa, sol, la, si y do agudo). Están etiquetados con las notas en español y en inglés. Compré también los tapones para bajarlos de octava, así que tengo dos octavas (usando el otro juego que compré).
Se pueden golpear en el suelo, en el cuerpo... en cualquier objeto. El volumen es decente, tocando con 15 flautas y 4 xilófonos, los boonwhackers se oyen medianamente bien.
Con los tapones octavadores, también se pueden tocar golpeando verticalmente en una superficie plana, aunque recomiendo usar superficies que no sean demasiado duras, ya que el plástico hará que suene sin demasiado cuerpo. Si se usa algún cartón o algo que amortigüe en la superficie, el sonido resultará más redondo.
Es muy divertido. 100% recomendable

Los "Boomwhackers" utilizados como una herramienta de juego con música en casa resultan muy útiles, ya que al no sonar excesivamente fuertes no serán molestos, y se pueden realizar múltiples variantes de ejercicios sonoros que hacen del intrumento un entretenimiento para grandes y pequeños.

Sin embargo, por sus cualidades sonoras, no resuenan en la mayoría de los lugares en los que sería habitual golpear (en el suelo, en una mesa o pared), y sin embargo muchísimo mejor golpeándolos contra alguna parte del cuerpo, como las piernas. Esto, sumado a su tamaño, hace que no sean especialmente apropiados para niños pequeños (menores de aproximadamente 6 años). Asimismo, la nitidez de la altura de las notas no es demasiado clara.

Mi recomendación es adjuntar al producto un soporte y unas baquetas, teniendo así la opción de utilizarlos como un gran xilófono.

Una octava, color acordes a toda la gama de boomwhackers, buen sonido (o al menos todo lo bueno que puede ser el sonido de un tubo de plástico).

Los uso en el colegio con alumnos de entre 6-12 años, aunque el rango de edad de uso es mucho mayor. A los niños les encanta. Los que tienen nociones de lenguaje musical interpretan las obras sin problema, pero los más pequeños siguen códigos de colores y pueden tocar cualquier obra sin problema.

Si te lo curras un poco puedes hacer un material chulisimo de forma muy sencilla para tocar con los boomwhackers, y si no, en internet tienes muchas opciones para trabajar con ellos.

En mi colegio son material INDISPENSABLE.

Y si estás dudando por el tema del COVID-19, son muy fáciles de limpiar y desinfectar.

Interesantes artefactos. Simples, vistosos y entretenidos no solo para niños; es sorprendente lo que se puede llegar a hacer con estos tubos, golpeándolos entre ellos, o haciéndolos chocar contra la pared, cubos e, incluso, nuestro propio cuerpo. Su diversidad de colores pueden convertir un espectáculo de sonido, en un espectáculo visual. Son, además, un recurso maravilloso en la educación de los más jóvenes. Los niños se divierten y disfrutan golpeándolos casi con todo lo que encuentran a su alcance, aunque su afinación ofrece la posibilidad de crear melodías musicales sin obviar su capacidad rítmica. Aconsejables para la enseñanza musical prematura y mucho, mucho más...

Los utilizo en mi trabajo, soy profesor, y para dar clase son un gran recurso.
Se complementan con los boomwhackers normales, pero son más graves, una octava.

Construcción: plástico resistente, algo elástico, difícil de romper si se usan correctamente.

Sonido: Percusión afinada. no son un xilófono pero dan las notas, principalmente es para hacer ritmos con algo de melodía-armonía, no son un instrumento solista obviamente.

Si quieres dar conciertos, no es tu instrumento, pero para dar clase y practicar ritmos mientras afinamos el oido son estupendos. También fomentan el trabajo en equipo, ya que cada uno puede tocar dos notas como mucho, y tiene que estar atento a los demás y ver cuando le toca.