4. Estructura del clarinete

Al abrir la maleta o el estuche de un clarinete, lo primero que nos encontramos son las cinco partes individuales que componen el instrumento. Se trata de la boquilla, el barril (también pueden ser dos), el tubo superior, el tubo medio y la campana.

La boquilla, en combinación con la caña, sirve a la generación del sonido. Por su aspecto, la boquilla recuerda la parte inicial aplanada de un tubo, en la que se fija una caña para tocar. En la boquilla hay varios factores interesantes a los que prestar atención: El diámetro del taladro, la longitud y pendiente de la carrilera y el tamaño de la cámara. ¿Todo claro hasta aquí? Acerca del diámetro del taladro podemos dejarlo en principio a un lado, este queda preestablecido ya en la elección del clarinete. Un clarinete alemán tiene, por ejemplo, un diámetro de taladro de 22 mm, por tanto le corresponderá necesariamente una boquilla de también 22 mm, si no, no encajaría correctamente. Como longitud de la boca entendemos la superficie en la que se apoya la caña. La pendiente o inclinación delimitará la separación entra la caña y la boquilla que va a resultar, e irá disminuyendo desde la punta en dirección a la caña. Ambas, en combinación con la caña, forman el carácter del sonido. El tamaño de la abertura de la boquilla marca una diferencia entre entre el sistema Boehm y el alemán. Las boquillas de los clarinetes Boehm tienen una mayor abertura, y con ello no es posible intercambiar las cañas entre ambos sistemas.

El barril, llamado así por su forma, conforma la conexión entre la boquilla y el tubo superior. También es responsable de la sonoridad general del instrumento. En muchos modelos se incluyen dos barriletes con variantes en su longitud, uno más corto y otro más largo, que proponen si así se desea otra sonoridad añadida.

En la maleta todavía quedan tres factores por descifrar. Dos de ellos presentan llaves y anillos, el tubo superior y el tubo medio. El tubo superior de un clarinete es el segmento que se toca con la mano izquierda. El número de llaves que contiene varía según modelo.

Y esto es también así para el tubo medio del clarinete, el segmento que se toca con la mano derecha.

La campana, así llamada por su forma, adopta sin embargo diferentes nombres. Hay quien les llama copa, o también pabellón. La campana es especialmente importante para acústica de los tonos graves, y por tanto se debe tratar con mucho cuidado, como el resto de las partes del clarinete. Las muescas o las grietas no deben pasar desapercibidas en la compra de un instrumento, porque los desperfectos que incluso pueden parecernos insignificantes, pueden también influenciar variando el sonido general del instrumento.

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