13. Soportes de destino
Es una cosa muy diferente cuando se trata de difundir material en digital, que cuando se toman vías analógicas. Los típicos medios analógicos de hoy en día son los platos de vinilo, y a veces todavía incluso casetes (Mixtapes!), para los que aparecen algunas limitaciones. Que en ambos casos el rango dinámico es menor que en el caso de las soluciones digitales, apenas tiene importancia, como sí otras particularidades. Así, por ejemplo, en el vinilo los agudos tienden a saturar con facilidad en la reproducción, en mayor medida cuanto más se acerca el surco al centro (por este motivo, a menudo la última pista en un álbum de vinilo de Rock/Pop clásico suele ser más bien tranquila, por ejemplo una balada). No obstante hay cosas importantes a las hay que prestar atención, porque si no pueden llevar a que la prensa no las pueda plasmar bien en el vinilo, o que resulten en un efecto negativo para el sonido. Especialmente crítico son los graves, sobre todo su información estéreo. ¡Lo ideal sería todo el espectro de graves para vinilo en mono! No obstante, si tuviera que haber una importante porción estéreo, es de gran ayuda en Mastering el trabajar la señal descompuesta en medios y agudos (MS-Mastering) para tratar a continuación la señal lateral con Lowcut. Una vez se ha "desmatrizado" a una señal estéreo LR, la señal de graves queda únicamente mono.
Algo más sencillo resulta cuando el objetivo es un medio digital. A veces es necesaria una conversión de frecuencia de muestreo, un proceso en el que o bien se dispone de un Hardware muy bueno, o bien se confía a un proceso de cálculo Offline. Para reducir el largo de palabra, como es el caso para conseguir los 16 Bit en un CD de audio, todavía se precisa de algo más. Si se recortan de 24 o 32 Bit los ceros y unos de atrás completamente, se producirá un error de redondeo, que se apreciará negativamente como una distorsión. Para evitar esto, y aunque resulte curioso, se incorpora un ruido que variará arbitrariamente la última posición digital. Este proceso se denomina „Dithering“, y realmente se encuentra en cualquier programa del entorno. Hay diferencias en cómo los sistemas se ocupan de que el ruido no resulte negativamente apercibido, mientras que el Dithering siga funcionando. Esto se puede realizar con distintas formas de Noise Shaping, como también con la técnica Apogee UV22, que va un poco por otro camino.
Para producir MP3-Audio y otros psicoacústicamente reducidos formatos, la mayoría de programas poseen suficientes posibilidades. Al Mastering pertenece también la integración de los datos concomitantes. Título, intérprete, número de canción en el álbum, número de catálogo, Copyrights – todas estas cosas se pueden ser leídas por el reproductor.
Si queremos editar un CD, hay mucho más necesario que enviar a la prensadora que solo y puramente el material de Audio. Seguro que los datos técnicos del material de audio para la complementación del llamado catálogo de normas del „Red Book“ deben ser correctos (frecuencia de muestreo de 44,1 kHz, cuantización a 16 Bit), pero en un CD también se incluyen informaciones sobre la duración de las pausas, hay también marcadores de transición de canciones, existe la posibilidad de incorporar Ghost Tracks, y mucho más. En vez de llevar un CD de Audio a la prensadora, tiene más sentido presentar un DDP-File („Disc Description Protocol“). En este fichero se encuentran todas las informaciones relevantes, y además es menor el riesgo de que se produzcan errores, roturas y otros problemas en la grabación. Antes solo existían muy caros programas especiales, mientras que hoy en día hay muchos más programas a disposición capaces de exportar un documento de este tipo directamente.
