4. ¿Qué altavoces montan las pantallas de bajo?

Vamos a echar un vistazo a los tipos de altavoces que se han ido estableciendo como estándar para estas pantallas. Para ello debemos observar primeramente que el tamaño de los altavoces viene dado en la medida de „pulgadas“ (en inglés „Inch“), que equivale a una medida de cerca de 2,54 cm. Los tamaños que a lo largo de los años se han hecho más comunes son los 10“ (que pronunciamos „diez pulgadas“), 12“ y 15“. Cada uno de estos tipos de altavoz aporta ciertas „coloraciones“ propias al sonido:

Diez pulgadas:

Los altavoces de diez pulgadas son más vivos y ricos en ataque en la reproducción de señales graves. Por eso no es de extrañar que las pantallas con estos tipos de altavoz sean populares entre músicos que buscan un sonido rico en detalles o que se dedican a estilos musicales en los que las líneas de bajo sobresalen eventualmente del sonido global. Los músicos de bajo eléctrico que por ejemplo gustan de emplear técnicas como el Slapping, Tapping o toque con púa harán en general buena elección optando por altavoces de diez pulgadas.

Por contra, estos altavoces también tienen una desventaja, y es que por causa de su, en comparación, reducido diámetro no son capaces de „empujar“ con gran presión desde los rangos de frecuencia más profundos. Para compensar su menor presión de graves los fabricantes de equipos montan directamente varias unidades de diez pulgadas en sus cabinas de bajo. A la práctica están extendidas las cabinas con un único altavoz (por ejemplo popularmente en Mini-Basscombos para ensayos y conciertos de pequeñas dimensiones), o bien las de dos o directamente cuatro altavoces. Realmente esta última configuración mencionada de 4x10 se considera como el auténtico estándar en la escena mundial por antonomasia, porque dada la superficie de membrana sumada de los cuatro altavoces se obtiene un excelente equilibrio en corta respuesta con al mismo tiempo un fundamento de graves sobrado. También encontramos cabinas con seis altavoces o directamente pantallas de 8x10, normalmente en bandas de reconocido renombre en grandes escenarios o festivales. Naturalmente que estas pantallas suenan maravillosamente, pero los factores peso y transportabilidad automáticamente limitan mucho su empleo en los sectores amateur o semiprofesional.

Consejo: Dos cabinas 4x10 una sobre otra constituyen la misma superficie de membrana que una cabina de 8x10. Pero estos dos componentes son mucho menos complicados de manejar, ¡sobre todo cuando no se tienen Roadies propios a disposición!

Doce pulgadas:

A menudo se encuentran de forma injusta a la sombra de las poderosas cabinas de muchos dieces (y de quinces de las que hablaremos más tarde). ¡Porque además muchos músicos experimentados consideran estas pantallas de bajo con altavoces de 12 pulgadas como el la absoluta recomendación infalible! El motivo: Los altavoces de esta medida reaccionan en principio muy rápido ante diferentes técnicas de interpretación y variantes de toque, y poseen acostumbradamente un fundamento de grave muy sólido además de una agradable calidez sonora. Sobre todo los bajistas Fretless confían ciegamente en la buena presión de medios de estos altavoces que son capaces de dar un soporte magnífico a la sonoridad „cantarina“ de estos instrumentos sin trastes. Según el presupuesto y el gusto de cada uno se tiene aquí también la elección entre productos con uno o dos altavoces, también se encuentran aunque menos frecuentemente cabinas con cuatro altavoces. No obstante y teniendo an cuenta que el tamaño de las cabinas con altavoces de doce pulgadas puede ser más que considerable, se han establecido como estándar en este grupo las cabinas de uno hasta dos altavoces.

Esta pantalla de la firma Glockenklang monta dos altavoces de 12 pulgadas en diagonal y un altavoz de agudos integrados en su cabina.

Quince pulgadas:

En los años 1970s eran la primera elección para la mayoría de cabinas de bajo: Los enormes e impresionantes altavoces de 15 pulgadas proporcionaban una potente y desbordante presión „desde el sótano“. Sin embargo en los años 80s, dominados por la técnica Slap, fueron casi completamente descartados debido a su lentitud. Hay que pensar que desde entonces el avance en el desarrollo de altavoces ha sido inmenso. Hoy en día encontramos incluso unidades de diez pulgadas con un fundamento de graves que puede ser sorprendente, como también altavoces de quince pulgadas para nada perezosos. Solo las tendencias básicas naturalmente han permanecido igual: Los altavoces de 15 pulgadas siguen sencillamente la disciplina de los contundentes profundos graves, como se demanda por ejemplo en Reggae o también en Blues. Por norma general encontraremos como máximo dos altavoces en una cabina.

Modelos singulares:

Sería muy de extrañar el no encontrar en los últimos tiempos fabricantes con ánimo de experimentar que se hayan dedicado a acometer configuraciones de altavoces peculiares o insólitas. Efectivamente hubo y sigue habiendo experimentación en este sector. En los últimos años sobre todo tres fabricantes de renombre internacional han llamado la atención realizando cabinas con configuraciones poco o nada usuales: Markbass, TecAmp - y sobre todo Phil Jones Bass (PJB). Markbass ha montado en los últimos tiempos en más de un modelo su serie de altavoces ligeros de 8“ para ahorrar tanto peso como espacio. También el fabricante italiano ha experimentado incluso con modelos coaxiales, que no han llegado a calar del todo en el mercado hasta ahora. En esta construcción ahorradora de espacio encontramos normalmente altavoces de graves y de agudos acoplados en un mismo chasis, del mismo modo que conocemos por ejemplo también en el mundo del Hifi o de los altavoces para coches. Mientras tanto TecAmp de Alemania reclamó la atención de los medios recientemente con su „Bad Cab“. ¡Este auténtico monstruo de pantalla reúne en su gigantesco recinto dos 15 pulgadas, dos doces, cuatro dieces así como dos Tweeters NTW1!

El fabricante Phil Jones de USA secunda el llamado „principio piraña“ y argumenta que muchos componentes pequeños unidos pueden proporcionar un rendimiento aplastante. De esta forma monta en sus cabinas un gran número de pequeños altavoces de 5 pulgadas. El PJB 21B aloja nada menos que 21 (!) altavoces. Este concepto singular parece funcionar absolutamente – solo que a uno no le gustaría tener que cargar con este tipo de cabinas, ¡al menos no solo!

Esta cabina „piraña“ de Phil Jones monta cuatro pequeños altavoces de 5 pulgadas que juntos producen una presión bastante imponente.

Al igual que hay „Minis“, tenemos también altavoces dedicados que en concordancia con su tamaño trabajan justo en la dirección contraria: Los altavoces de 18“ son capaces si se necesita de generar una presión de graves con la que probablemente también se podría tener éxito en la investigación de los elefantes de la sabana africana. Mientras que en los años 70s y 80s estaban relativamente bien extendidos, en la actualidad los altavoces con dimensiones más reducidas también son capaces de generar este tipo de holgado, sano y profundo grave, por lo que hoy en día apenas ningún fabricante sigue montando altavoces de 18“ en sus productos. Pero aparte de esto, a los 18“ se les tiene como „demasiado lentos“ para las modernas técnicas de interpretación ricas en ataque.

Tweeter:

Sobre todo en los años 80s del pasado siglo crecieron de forma inmensa las exigencias de los bajistas. Si en los años 60s y 70s el rango de graves se encomendaba al frescor del sonido de los amplificadores de válvulas frecuentemente también acompañados por alguna que otra cabina, en la década siguiente comenzaron a surgir muchas producciones discográficas en las que las pistas de bajo provenían en muchos casos de sintetizadores con sonidos extremadamente crujientes y claros. Esta evolución así como el renacimiento de la técnica de bajo Slap a través de bandas como Level 42 llevaron al impulsaron el desarrollo de instrumentos de nueva concepción (con mejores pastillas, empleo de materiales como grafito, etc), amplificadores (boom del amplificadores de transistores con ecualizadores con muchos cortes de banda) y por supuesto pantallas. Estas estaban orientadas a que el bajista de instrumento eléctrico pudiera acercarse a primer plano con mucha más claridad. Una parte de este desarrollo fueron las llamadas trompetas, altavoces de agudos o también Tweeters. El objetivo era hacer las frecuencias que aportaban sensación de claridad y brillantez mejor audibles, de forma que también armónicos (aleteos) o secos Slaps & Pops de los bajistas ganaran presencia. Todavía hoy se ocupan los Tweeters de proporcionar esa claridad y ponderación en el espectro de frecuencia, e incluso algunos ingeniosos fabricantes han encontrado la vía de emplear el Tweeter de manera todavía más flexible. En vez de asignar exclusivamente la parte de frecuencia alta a la regulación del instrumento o del ecualizador del amplificador, muchas cabinas de bajo modernas integran un transductor de agudos regulable o cuanto menos conmutable. Aunque también hay bajistas a los que no les gusta para nada el sonido del Tweeter (¡por ejemplo el mundialmente conocido virtuoso Jeff Berlin!), sin duda alguna solo se alcanza la máxima flexibilidad con la ayuda de un Tweeter regulable.

Las cabinas con estas prestaciones disponen en el panel de conexiones posterior de un pequeño regulador con cuya ayuda se puede ajustar la parte de frecuencia del Tweeter que se desea aportar al sonido general de la pantalla. En algunos casos excepcionales encontramos este regulador situado en el lateral integrado el seno del asa de transporte. Por tanto quien aprecia detentar la máxima flexibilidad y versatilidad en su sonido debería prestar atención a que esta prestación se encuentra presente en la pantalla de su elección. ¡La diferencia entre una cabina de 15 pulgadas con o sin Tweeter es enorme!

Sus personas de contacto