2. Visión General
Hay una desconcertante variedad de altavoces para elegir. Cada fabricante produce rangos para adaptarse a todo tipo de usos y presupuestos, incluyendo sistemas de altavoces activos con amplificación integrada, monitores pasivos y enormes bocinas. Sin embargo, todos los altavoces aplican los mismos principios en su función básica.
Probablemente el tipo más familiar de altavoz es un driver de tipo cono, en el que un diafragma en forma de cono, está unido a una bobina de voz con un imán que cuelga detrás de él. Las señales eléctricas que llegan al driver, hacen que la bobina se mueva hacia atrás y hacia delante a través del campo magnético, causando a su vez que el cono empuje las ondas de sonido a través del aire.
Los drivers como éste se miden generalmente por su diámetro, siendo la regla de que cuanto mayor sea el diámetro del driver, más graves serán los tonos de frecuencia que va a producir. Por lo tanto, los pequeños altavoces se utilizarán para altas frecuencias, los altavoces de tamaño medio manejarán el sonido de rango medio y los grandes altavoces entregarán los graves. Aquí nos encontramos en el reino de la física aplicada cuanto más baja sea la frecuencia, más larga será la onda sonora en el tiempo y más difícil será transportar el sonido a través del aire. Del mismo modo que necesitas una gran pala para mover un barco grande, necesitarás un gran cono para mover un gran sonido.
¿Cómo de grande?
En general, los diámetros de los altavoces se miden en pulgadas. Los tamaños más utilizados son 12" (30 cm), 15" (38 cm), y 18" (46 cm). En la práctica, las dimensiones utilizadas cuando se instala un altavoz pueden ser diferentes, pero la mayoría de las especificaciones estándar se refieren al diámetro máximo del driver.
Algunos altavoces tienen un segundo cono unido, que añade fuerza a las frecuencias altas y a las de gama media. Éstos se utilizan a menudo para múltiples sistemas de altavoces y monitores de escenario, ya que pueden manejar una gama más amplia de frecuencias.
