2. Historia

La amplificación de la guitarra ha evolucionado en paralelo con la guitarra eléctrica en sí. La necesidad de amplificación surgió tan pronto iban creciendo más y más fuerte las bandas de swing y de música de baile, en la primera mitad del siglo XX, y a medida que se iban introduciendo los instrumentos más ruidosos. A pesar de que la mayoría de las secciones rítmicas incluían una guitarra, lo que fue en su día un instrumento puramente acústico, luchaba por hacerse oír por encima de los cornos y baterías. Un simple saxo o trompeta es considerablemente más fuerte que una guitarra acústica, por lo que no es de extrañar que, a medida que las bandas de swing se iban ampliando, e incluían cuatro o cinco de cada, la guitarra se limitó a un trabajo rítmico de fondo, casi subliminal.

Desde una perspectiva actual, parece una feliz casualidad que la amplificación de guitarra se desarrollara antes de los avances tecnológicos que hicieron posible la amplificación de alta fidelidad. El objetivo del diseño original fue simplemente amplificar el sonido de la guitarra acústica y no cambiar su carácter, pero afortunadamente para nosotros, los componentes disponibles en los años treinta y cuarenta simplemente no estaban a la altura. Las primeras grabaciones de guitarra eléctrica, aunque no muy alejadas del sonido del instrumento, tal y como en décadas posteriores lo fue la guitarra acústica rock, tienen un sonido distintivo ‘abocinado’ -resultado de una serie de factores que incluyen una distorsión leve, compresión, y una respuesta en frecuencia técnicamente muy pobre- ¡los componentes básicos del sonido de la guitarra rock ya estaban aquí!

A mediados de los sesenta, la guitarra eléctrica era un instrumento bien establecido, y el centro de la música popular a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, la amplificación de guitarra todavía estaba rezagada en algunos aspectos -las bandas populares de la época, tocaban para público mayoritariamente adolescente, que lejos de escuchar en un silencio respetuoso, tendían a gritar histéricamente –de ahí que los guitarristas se vieran obligados a subir el volumen de sus modestos amplificadores de potencia...

Tubes

Cualquier circuito de audio analógico producirá distorsión si se alimenta con la potencia suficiente. En términos Hi-Fi, esto se considera indeseable –los amplificadores Hi-Fi, a menudo se comercializaban en base a la poca distorsión que producían a grandes volúmenes. Pero a medida que los intérpretes de guitarra en los años sesenta, comenzaron a subir más y más el volumen de sus amplificadores, muchos de ellos descubrieron que, efectivamente, más bien le gustaba la distorsión resultante.

El componente básico de la mayoría de los equipos electrónicos hasta ese tiempo, la válvula termoiónica (también conocida como válvula de vacío), fue rápidamente sustituido por el transistor. Los transistores son superiores a las válvulas en casi todos los aspectos, siendo mucho más pequeños, más baratos y más fiables. El chip de silicio, que es un conjunto de miles o incluso millones de transistores, es aún mejor. Pero los cuando los intérpretes de guitarra se toparon por primera vez con la distorsión, las válvulas todavía dominaban el mercado, y ciertos tipos de válvulas vencieron a los transistores en un aspecto crucial -que producían subjetivamente una agradable distorsión. Las válvulas se siguen utilizando hoy en día, porque aunque los fabricantes de amplificadores de guitarra se hubieran decantado por los transistores, como cualquier hubiera hecho, los guitarristas seguían insistiendo en que simplemente no sonaban tan bien cuando eran sobreexcitadas. En la medida en que existen amplificadores de transistores con ese sonido decente, se debe a que se ha invertido mucho trabajo en hacer entender, por qué las válvulas suenan tan bien y se siguen desarrollando maneras de imitarlas.

Debido a que la distorsión era inicialmente una consecuencia no deseada del diseño del amplificador, no había manera de lograrla sin subir el volumen hasta niveles ensordecedores. Hasta principios de los años sesenta, los amplificadores de guitarra tenían un solo control de volumen que controlaba el nivel de señal, a todo lo largo de las diferentes etapas de amplificación. En otras palabras, el sonido podría ser limpio y tranquilo, o ruidoso y sucio. Obviamente, esto se convirtió en un problema, ya que la popularidad de la distorsión del sonido aumentó -muchos intérpretes querían usar distorsión en pequeños conciertos, o en casa, sin dañar su audición o irritar a sus vecinos. Llegaron casi al mismo tiempo, dos soluciones a este problema, el pedal de distorsión (inicialmente conocido como ‘fuzz box’), y el control maestro de volumen.

La idea detrás de la caja fuzz, era producir distorsión en una unidad externa antes de alimentar el amplificador. Mientras las primeras cajas fuzz utilizaban la nueva tecnología de transistores, y por lo tanto no duplicaban el sonido de distorsión de la válvula, fueron generalmente relacionadas con los amplificadores a válvulas, ya que suavizaba un poco su sonido, y varios sonidos clásicos de caja de fuzz, -no todos los que suenan como una avispa en un tarro de mermelada-, se pueden escuchar en las grabaciones de esta época.

El control de volumen maestro, pionero de Marshall, fue más útil en términos generales, con la idea de que la distorsión se podía crear en la etapa del preamplificador (donde se le da forma básica al sonido), con un control de volumen independiente en la etapa de potencia (donde la señal se intensificaba a un nivel suficiente para mover el altavoz). Casi todos los amplificadores de guitarra hacen uso de este concepto hoy en día, y por lo tanto tienen generalmente un control de ganancia (que afecta tanto a la distorsión como al volumen), y un control de volumen principal que regula el nivel general.

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