2. Historia

Ya desde hace siglos se utilizaba el humo para efectos dentro del ámbito del teatro, que se creaba generalmente con vapor de agua y técnicas de pirotecnia.

Hasta bien entrados los años 70 se empleó parafina o vapores de aceite para producir humo.

La cantidad de niebla entonces no era realmente dosificable, y además el aceite y las ceras albergaban considerable peligro de incendio.

A finales de los 70 fue cuando Günther Schaidt desarrolla la máquina de niebla tal y como la conocemos actualmente.

Gracias a esta invención el día a día en los escenarios y los teatros se volvió mucho más seguro, ligero y lleno de efectos.

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