10. Preguntas frecuentes

Sabemos que el arco de instrumento de cuerda se compone de pelo de crin, y cuando cuando observamos el pelo bajo un microscopio de electrones, se reconocen en la superficie una estructura de escamas diminutas. Es por esto precisamente que se utiliza preferentemente el pelo de crin, porque presenta una superficie áspera. Con el paso del tiempo esta superficie se desgasta, y entonces pierde efectividad, algo que no podemos remediar tampoco con el uso la colofonia. No es necesario el adquirir un arco nuevo, sino que basta con dejar tensar nuevamente el arco. Pero primero deberíamos considerar la calidad de nuestro arco, porque si se trata de un arco de muy poca calidad, por norma general compensa más el hacerse con un arco nuevo de mejor calidad.

Teniendo en cuenta que también existen instrumentos de escala pequeña, incluso los niños a partir de los cuatro años ya pueden iniciarse con el violín. Desde la perspectiva del desarrollo del cuerpo no hay ninguna limitación. En cualquier caso se debería contar con un profesor o profesora que tuviera ya experiencia con niños, porque a esa edad se aprende de otra forma.

Esta es naturalmente un pregunta con la que se podrían escribir muchas páginas a base de consejos y opiniones diferentes. En principio no habría que dejarse irritar con las opiniones que aparecen en ciertos foros de internet. El motivo de por qué alguien no ha tenido acceso a un instrumento, o por qué a renunciado a tocarlo, son cosas de naturaleza puramente personal, y no suele estar precisamente en la dificultad del aprendizaje instrumento. Lo especial en los instrumentos de cuerda, y esto es lo que más asusta al principio, es la falta de trastes en el mástil, al contrario que en la guitarra, para obtener los tonos. Pero no hace falta en ningún caso el ser un genio. Lo que se necesita sencillamente es tener paciencia, tener un profesor paciente y un poco de confianza en prosperar con el instrumento. Con todo ello el oído también se va educando y se va haciendo más fino. Importante es, más bien, tener cierta relación con los instrumentos de cuerda, tener un ejemplo en el que reflejarnos, una meta que desear alcanzar (que tampoco habría que establecer demasiado alto).

Desde luego que sí. Depende naturalmente también de si se tiene ya una experiencia con otro instrumento musical, pero básicamente hay muchas personas que han empezado de adultos a tocar el violín y que, entre tanto, están disfrutando de la música ocupados en orquestas, formaciones de música popular o en música de cámara. Naturalmente que no se va a conseguir empezando como adulto el ingresar en la Orquesta Filarmónica de Berlín, pero esto por otro lado no se consigue siempre ni empezando desde niños... Lo importante es tener claro desde el principio a dónde se desea llegar, y compartirlo con un profesor o profesora, o bien buscar un maestro específico para esa meta. Si, por ejemplo, se desea aprender a tocar música flamenca, no tiene demasiado sentido buscarse un profesor orientado puramente al Clásico...

El ébano es tan idóneo para fabricar diapasones porque es duro, robusto y resistente al desgaste. En otras maderas que simplemente han sido tintadas en negro, con el sudor de la mano al digitar acordes, la superficie acaba en poco tiempo presentando manchas. Por eso es recomendable recurrir a un diapasón de ébano.

Si observamos muy de cerca un ornamento auténtico, quizás con una lupa, reconoceremos que la veta de la madera entre ambas capas se interrumpe. Sin embargo, si la incrustación es simplemente pintada, la veta de la madera entre ambas capas sigue un patrón continuo.

¡Cuidado! Al violín, como también al violonchelo, en su construcción se le aplica un tratamiento con laca (la mayoría con varias capas superpuestas). A menudo, en la descripción de un violín observamos que es tratado con lacas al alcohol. Este alcohol (por supuesto de composición desnaturalizada y no indicado para el consumo humano) incorpora disuelta la laca, o bien los pigmentos de laca. Si tomamos un producto no indicado, podemos estropear el lacado del violín. En cualquier caso debemos descartar cualquier producto de limpieza que contenga alcohol. Como medio del cuidado del lacado existen productos especiales para los instrumentos de cuerda que no son agresivos con la laca. Estos en su mayoría contienen aceites etéreos, que se reconocen fácilmente por su olor.

Las cajas de violín modernas están construidas para proteger de forma óptima el instrumento contra golpes o impactos. La superficie de apoyo del violín es relativamente pequeña y, lo que realmente es importante, el mástil del violín no apoya directamente en el fondo, sino que queda suspendido. Antes, en las viejas cajas de violín sin sistema de suspensión, podía ocurrir que tras un impacto fuerte el mástil se quebrara y se separara del cuerpo.